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Vivimos en una cultura y sociedad eminentemente visual, por
ello tienen gran impacto las imágenes y sobre todo el video. Usar el selfie
como herramienta para ofrecer al cliente una visión humanizada de la empresa
puede ser una forma útil de conectar y establecer un mínimo contacto, aunque
sea en la distancia. Con las imágenes se puede crear más engagement en Social
Media. Por ello, el selfie es más útil que poner en la web una simple imagen de
lo fastuosas que son nuestras oficinas. Hay que tener en cuenta que las
personas contratan con personas no con edificios o mobiliario.
Desde el famosísimo “selfie” de los Óscar 2014, que hizo que
Samsung se convirtiera en la marca estrella a nivel mundial durante unos días,
muchas campañas se han sucedido. Las repasamos todas y analizamos cómo funciona
el “selfie” dentro de una estrategia publicitaria.
El “selfie” se ha convertido en los últimos tiempos en el
gran fenómeno social. No hay quien no haya caído en la tentación de
autorretratarse a través de esta modalidad. Tal fue su importancia que ya el
prestigioso diccionario de Oxford la escogió como la palabra en inglés del año
2013, cuando muchos hispanohablantes no sabían ni lo que significaba.
Inicios del “selfie” de manera sigilosa
Los libros de historia afirman que la primera “autofoto”
como tal fue tomada en 1839, cuando el fotógrafo estadounidense Robert
Cornelius se hizo una de sí mismo utilizando una antigua y compleja cámara. La
popularidad del autorretrato se incrementó de forma sustancial a principios del
siglo XX, cuando Kodak lanzó la primera cámara de cajón portátil. Todo ello
demuestra que las fotografías del estilo “selfie” no son ninguna novedad, sobre
todo desde que los smartphones invadieran nuestros días. Ahora nadie se resiste
a sacar fotografías de sus actividades más mundanas.
Sí es novedad, sin embargo, su uso desde el punto de vista
publicitario. Diferentes marcas y empresas han utilizado este fenómeno con
fines publicitarios, aprovechándose de su reciente popularidad y de su
utilización por parte de personajes famosos. Y no tan famosos, claro.
Los “Selfies” con personajes importantes
Uno de los grandes ejemplos de los últimos tiempos del uso
del “selfie” por parte de famosos corrió de la mano de la presentadora de Los
Oscars de 2014 Ellen DeGeneres. En directo se fotografió con grandes actores
como Bradley Cooper, Brad Pitt o Kevin Spacey y lo compartió por Twitter. Lo
que parecía algo improvisado, sin apenas importancia, realmente contaba con el
resplado de Samsung, uno de los patrocinadores de la gala y que invirtió 20
millones de dólares. Eso sí, a pesar de la cantidad desembolsada debemos pensar
en el ROI, pues esa acción como tal tendría un valor publicitario que
ascendería a los 1.000 millones de dólares (721 millones de euros).
Este brutal product placement no es la única acción
publicitaria de este estilo hecha por Publicis Groupe para Samsung. El
consejero delegado del gigante publicitario, Maurice Lévy, durante la
celebración de la feria audiovisual MIPTV en Cannes, también reveló que su
compañía estuvo detrás de otro polémico selfie: el que se hizo Barack Obama con
el jugador de béisbol David Ortiz. No llegó a trascender si Ortiz cobró o no
por esa “autofoto”.
Al margen de los “selfies” de famosos, en los que se
fotografían vestidos con marcas para las que prestan su imagen, hay campañas en
las que implican a famosos y a no tan famosos. Así lo ha hecho Calvin Klein.
Bajo el lema ‘Show yours’, la compañía lanzó una campaña, en la que invitaba a
famosos y blogueros de moda a publicar “selfies” en sus cuentas de Instagram,
usando los clásicos ‘boxers’ de la firma. Reconocidas blogueras de moda como
Chiara Ferragni, que acompaña la publicación de su fotografía con el pie de
foto “Menos es más”, y Leandra Medine, que viste sus “Calvins” en un look
completamente noventero, hacen parte de los colaboradores del lanzamiento.
La identificación como clave del selfie
Los que no son tan famosos no se quedan atrás. Y en la
actualidad están surgiendo campañas en la que el tema principal es el “selfie”.
Ahora hay muchas tiendas que ofertan descuentos a aquellas personas que se
hagan una “autofoto” con ropa de su establecimiento. Una buena técnica en la
que ganan ambas partes. Pero demasiado extendida ya que casi no resulta ni
original.
Un ejemplo de los autorretratos en el ámbito de la
publicidad es la campaña ‘Selfie’ de Dove. En este mini documental de ocho
minutos podemos ver cómo varios adolescentes hablan de su relativa belleza y
del impacto que los productos Dove pueden tener.
Pero cuidado con los “selfies”, pues no son tan inofensivos
como parece a primera vista. Y es que según un estudio reciente el 9% de todos
los accidentes de coche sucede mientras el conductor decide inmortalizándose
solo o junto a sus acompañantes mediante un “selfie”. Para concienciar a los
conductores del riego que entrañan estas prácticas, la agencia de publicidad
Bold Creative Boutique ha diseñado una campaña para la Youth Association for
Safety Awareness. En esos anuncios se muestra la imprudencia de los conductores
con vehículos que acaban de perder el control.
Al margen de esta campaña, hay que afirmar que hacer un buen
“selfie” no es tarea sencilla: desenfoque, ángulos de cámara poco
favorecedores… Para conseguir selfies perfectos la agencia iStrategyLabs ha
desarrollado el primer espejo inteligente para hacer autorretratos. Se llama S.E.L.F.I.E. que significa “The Self Enhancing Live Feed Image Engine”. Todo
ello demuestra que el “selfie” no solo está de moda, sino que será una
tendencia que posiblemente vaya a más.
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